GENTES,
COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE TIERRAS
CASTELLONENSES:
JUAN
E. PRADES BEL
En
la primera Guerra Mundial las aguas territoriales españolas estaban
declaradas aguas neutrales por debajo de las tres millas náuticas,
lo que obligaba a los buques mercantes de las potencias en conflicto,
a navegar muy pegados a la costa española para protegerse de la
guerra naval, refugiándose dentro de las aguas jurisdiccionales
neutrales españolas que eran un área de protección de no agresión
dentro de las tres millas náuticas, respetadas por las potencias
enfrentadas. Las aguas del Golfo de Valencia fueron durante los años
que duró la primera Guerra Mundial, un lugar de paso obligado para
la navegación aliada, que suministraba por vía marítima la
logística de suministros básicos para los países aliados (carbón,
hierro, acero, bencinas, combustibles,...). Atentos a este flujo naval
de navíos mercantes con contingentes de material logístico para los
países aliados, los submarinos alemanes U-Boot de las Potencias Centrales enarbolados con la bandera austriaca
acechaban escondidos en estas aguas a los convoyes de vapores,
esperando su oportunidad para interceptar y golpear aquellos
transportes navales y poder dañar así las economías enemigas de los aliados . Los
submarinos austriacos que patrullaban por estas aguas estaban muy
lejos de sus bases y tenian que suministrarse su intendencia y
avituallamiento improvisando sobre la marcha (alimentos envasados y frescos,
combustible y munición). La necesidad de procurarse recursos vitales
para proseguir su patrulla y no caer en manos enemigas, obligó a uno
de estos buques sumergibles a protagonizar un acontecimiento de
retención y secuestro en el mar, unos hechos que un corresponsal
llamado Yañez los hizo públicos en una crónica de opinión, que
paso a describir textualmente a continuación (sic): EL PAÍS
DIARIO REPUBLICANO. Nº 10835 Año XXXI. Viernes 25 de mayo de 1917,
pag.1: “VIOLACIONES DE LA NEUTRALIDAD EN NUESTRAS AGUAS. Muchas
veces hemos censurado que el Gobierno consienta el desprecio de los
alemanes á la soberanía de España en sus aguas jurisdiccionales.
Sistemática y cómodamente se ha negado tal agravio. Viene á
probarlo la misma Alemania en su muy satisfactoria explicación que
da sobre el hundimiento del barco noruego “Terdit” en aguas de
España. Reconoce Alemania que en aguas de España no se puede hundir
barcos. Perfectamente. Está bien. Otros, como un barco portugués,
creemos que lo hundió un submarino alemán en la misma costa
cantábrica, en aguas españolas. Otro agravio todavía peor es este
que refiere un concienzudo periodista de Castellón en los siguientes
términos: “Unos pescadores de Torreblanca dicen que hace días
navegaban entre Oropesa y las islas Columbretes dos barcas de las
matriculas de Benicarló y Peñiscola. Encontrábanse frente á
Torreblanca, y los pescadores comían; en el interior de las barcas,
habiendo dejado un grumete sobre la cubierta de una de ellas.
Apareció de pronto un submarino, el grumete sufrió tan fuerte
impresión que después de lanzar un grito de espanto cayó sin
sentido. Al oír el grito, subieron los marineros á cubierta y
vieron junto á ellos al submarino. Un oficial obligó á los
patrones de las barcas á que subieran al buque pirata. Después
exigió á los demás
pescadores que adquiriesen víveres y latas de
gasolina y las llevaran al submarino. Como opusieran alguna
resistencia, el oficial germano les impuso silencio, advirtiéndoles
que los dos patrones quedaban en rehenes y no serían puestos en
libertad como los demás pescadores no volvieran con lo solicitado.
Para comprar los víveres y la gasolina les entregaron 500 pesetas en
moneda española. Cuando regresaron con los artículos pedidos les
dieron los piratas 100 pesetas en moneda española. El grumete fué
asistido por el médico del submarino, quien le dio determinada
cantidad, también moneda española”. Hoy visité el poblado de
Torrenostra, para cerciorarme de cuanto dejo comunicado. Me enteré
de todo con gran minuciosidad de detalles. Los tripulantes de las
barcas ocultan sus nombres. Otros marineros me han dicho que los
submarinos salen frecuentemente en nuestras aguas y compran pescado,
que pagan espléndidamente.
YAÑEZ.
Hay aquí la agresión, la falta de respeto á nuestra jurisdicción
y el secuestro de dos españoles. La vigilancia que ejercerán barcos
de guerra es una medida muy plausible pero debe ser completada con la
vigilancia por tierra de las costas y poblaciones cercanas.”
(Continuará)
(Continuará)