GENTES,
COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PUEBLOS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:
Por
JUAN E. PRADES BEL (Taller de historia, memorias y patrimonios).
(Sinopsis):
RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…
(Temáticas): HISTORIAS
DEL MAR.
"EMBARQUES
DE PRODUCTOS DEL PAÍS EN LA PLAYA DE PEÑISCOLA, AÑO 1867".
Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL.
INTRODUCCIÓN: Datos para la historia marinera de Peñiscola, con relación a las actividades de estiba de mercancías en los antiguos “graos” y embarcaderos mercantes, operativos por autorizaciones puntuales o temporales concedidas por el Ministerio de Hacienda a las playas de Peñiscola en la provincia de Castellón (España).
INTRODUCCIÓN: Datos para la historia marinera de Peñiscola, con relación a las actividades de estiba de mercancías en los antiguos “graos” y embarcaderos mercantes, operativos por autorizaciones puntuales o temporales concedidas por el Ministerio de Hacienda a las playas de Peñiscola en la provincia de Castellón (España).
(DOCUMENTO
1º. AÑO 1867): RESUMEN-SINOPSIS: Real Orden disponiendo se permita el embarque
por la playa de la villa de Peñíscola de todos los frutos y productos del país
para otros puntos del Reino. Real Orden Publicada por el Ministerio de Hacienda
en la Gaceta de Madrid, número 94, de 04/04/1867, página 1.
EXPOSICIÓN DOCUMENTAL: TEXTO: “Ilmo. Sr.: He dado cuenta á la Reina (Q. D. G.) del expediente instruido con motivo de haber solicitado el Ayuntamiento y vecinos de Peñíscola (provincia de Castellón) que se habilite su playa para el embarque á otros puntos de la Península del panizo, garrobas, habichuelas, patatas, vino, cartón, palmito y demás productos del país, y para el desembarque de la harina procedente también de otros puertos. En su vista, y considerando que de acceder á la primera parte á que se refiere la instancia podrá reportar grandes beneficios á los agricultores de aquella comarca por las mayores facilidades que se les daría para que pudiesen exportar por mar todos sus frutos, y teniendo en cuenta que en nada se perjudican los intereses del Tesoro;
-S. M., conformándose con lo propuesto por V. I., ha tenido á bien disponer que se permita el embarque por la playa de la villa de Peñíscola de todos los frutos y productos del país para otros puntos del Reino, con autorización de la Aduana de Benicarló y con la documentación prevenida en las Ordenanzas del ramo y bajo la vigilancia de la fuerza de Carabineros de servicio en aquel punto, y desestimar la segunda parte de la mencionada instancia.
De Real Orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás fines.
Dios guarde á Y. I. muchos años. Madrid 21 de Marzo de 1867.
BARZANALLANA. Sr. Director General de Impuestos Indirectos.
GRAO: Un Grao (grada) en el vocabulario náutico valenciano del siglo XIX, era una playa que servía de improvisado desembarcadero comercial para carga, descarga, embarque y exportación de géneros, frutos, y productos locales del país, con destino a la comercialización en otros puertos y ciudades. A lo largo de la historia, hasta mitad del siglo XIX en que apareció la línea del ferrocarril en la provincia de Castellón, el medio de exportar bienes y mercancías más habitual, fue el transporte naval de cabotaje comercial, siendo el sistema naval por medio de embarcaciones y buques de carga, la forma más rápida, barata y eficaz de transporte. Los “Graos” o “Graus” nacían a petición de algunos empresarios con intereses agrarios o comerciales, que hacía, se decidiesen por solicitar la pertinente autorización al Estado, para el transporte naval de cabotaje para sus productos o bienes locales a exportar, los graos se habilitaban en ciertos puntos de la costa, habilitado para tal fin, y lo más cercano posible a la zona de producción de los géneros a exportar. La conducción por vía terrestre a lomos de bestias y caballerías, por caminos malos y lentos, suponía una ruina para los sectores agrícolas, ganaderos, de comercio, artesanos y productores locales, los elevados costes que suponía el transporte terrestre, hacían que las largas distancias de los frutos, se intentasen cubrir por mar, de esa necesidad de transporte, rápido, económico y eficiente, es la proliferación de este tipo de gradas y embarcaderos, que los valencianos llamamos “graus”. A lo largo del siglo XIX, este tipo de embarcaderos estaban consolidados como puertos locales para el tráfico naval de cabotaje, tanto para la entrada y salida de mercancías como de personas, protagonismo que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Con esta actividad portuaria aparecieron en los Graos, los “alcaldes de mar”, nombrados por la Comandancia de Marina para atender a los matriculados en su jurisdicción, controlar la actividad comercial y dar cuenta de cualquier incidente que se produjese en el tramo de costa que tuviese destinado dicho alcalde y autoridad portuaria.
EMBARQUE: El embarque se hacía por medio de barcas (“aques”) que transportaban los géneros a los barcos fondeados y anclados mar adentro. Las cargas eran transportadas hasta la zona de embarque en la playa, con carros tirados por caballerías.
“…fue cotidiana la imagen de aquellas barcazas en el Grao de Burriana, repletas de cajas, que tenaces trabajadores, con el agua casi hasta el cuello, empujaban mar adentro, y cuando no, conducían a hombros las cajas hasta las barcazas, luchando contra la fuerza de las olas”.
EXPOSICIÓN DOCUMENTAL: TEXTO: “Ilmo. Sr.: He dado cuenta á la Reina (Q. D. G.) del expediente instruido con motivo de haber solicitado el Ayuntamiento y vecinos de Peñíscola (provincia de Castellón) que se habilite su playa para el embarque á otros puntos de la Península del panizo, garrobas, habichuelas, patatas, vino, cartón, palmito y demás productos del país, y para el desembarque de la harina procedente también de otros puertos. En su vista, y considerando que de acceder á la primera parte á que se refiere la instancia podrá reportar grandes beneficios á los agricultores de aquella comarca por las mayores facilidades que se les daría para que pudiesen exportar por mar todos sus frutos, y teniendo en cuenta que en nada se perjudican los intereses del Tesoro;
-S. M., conformándose con lo propuesto por V. I., ha tenido á bien disponer que se permita el embarque por la playa de la villa de Peñíscola de todos los frutos y productos del país para otros puntos del Reino, con autorización de la Aduana de Benicarló y con la documentación prevenida en las Ordenanzas del ramo y bajo la vigilancia de la fuerza de Carabineros de servicio en aquel punto, y desestimar la segunda parte de la mencionada instancia.
De Real Orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás fines.
Dios guarde á Y. I. muchos años. Madrid 21 de Marzo de 1867.
BARZANALLANA. Sr. Director General de Impuestos Indirectos.
ADDENDA:
Adiciones y complementos sobre las temáticas y motivos referidos en el artículo
(Por Juan E. Prades):
PRODUCTOS
DEL PAIS (Peñíscola): panizo, garrobas, habichuelas, patatas, vino,
cartón, palmito,… GRAO: Un Grao (grada) en el vocabulario náutico valenciano del siglo XIX, era una playa que servía de improvisado desembarcadero comercial para carga, descarga, embarque y exportación de géneros, frutos, y productos locales del país, con destino a la comercialización en otros puertos y ciudades. A lo largo de la historia, hasta mitad del siglo XIX en que apareció la línea del ferrocarril en la provincia de Castellón, el medio de exportar bienes y mercancías más habitual, fue el transporte naval de cabotaje comercial, siendo el sistema naval por medio de embarcaciones y buques de carga, la forma más rápida, barata y eficaz de transporte. Los “Graos” o “Graus” nacían a petición de algunos empresarios con intereses agrarios o comerciales, que hacía, se decidiesen por solicitar la pertinente autorización al Estado, para el transporte naval de cabotaje para sus productos o bienes locales a exportar, los graos se habilitaban en ciertos puntos de la costa, habilitado para tal fin, y lo más cercano posible a la zona de producción de los géneros a exportar. La conducción por vía terrestre a lomos de bestias y caballerías, por caminos malos y lentos, suponía una ruina para los sectores agrícolas, ganaderos, de comercio, artesanos y productores locales, los elevados costes que suponía el transporte terrestre, hacían que las largas distancias de los frutos, se intentasen cubrir por mar, de esa necesidad de transporte, rápido, económico y eficiente, es la proliferación de este tipo de gradas y embarcaderos, que los valencianos llamamos “graus”. A lo largo del siglo XIX, este tipo de embarcaderos estaban consolidados como puertos locales para el tráfico naval de cabotaje, tanto para la entrada y salida de mercancías como de personas, protagonismo que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Con esta actividad portuaria aparecieron en los Graos, los “alcaldes de mar”, nombrados por la Comandancia de Marina para atender a los matriculados en su jurisdicción, controlar la actividad comercial y dar cuenta de cualquier incidente que se produjese en el tramo de costa que tuviese destinado dicho alcalde y autoridad portuaria.
EMBARQUE: El embarque se hacía por medio de barcas (“aques”) que transportaban los géneros a los barcos fondeados y anclados mar adentro. Las cargas eran transportadas hasta la zona de embarque en la playa, con carros tirados por caballerías.
“…fue cotidiana la imagen de aquellas barcazas en el Grao de Burriana, repletas de cajas, que tenaces trabajadores, con el agua casi hasta el cuello, empujaban mar adentro, y cuando no, conducían a hombros las cajas hasta las barcazas, luchando contra la fuerza de las olas”.
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